No recuerdo el día, el mes, no recuerdo
donde estaba sentado, ni quienes eran los peloteros, lo único que recuerdo es
el año y que era mi primer juego de béisbol.
Era el año de 1992, los Bravos de León
cambiaron de residencia para convertirse en los Petroleros de Minatitlán y
participar en la Liga Mexicana
de Béisbol.
Ese año, la única relación que tenía con el
béisbol era un viejo juego de atari, que mi hermano heredó, pero si una vez lo
jugué fue mucho.
Ese año es recordado porque el mundo vibró
con los Juegos Olímpicos de Barcelona y en el fútbol los blaugranas ganaron su
primera Champions UEFA, en México el Club León levantó su quinto título de
Liga, bajo el mando de un técnico desconocido en ese momento; Víctor Manuel
Vucetich.
En las salas de cine el filme animado de
moda era Aladdin y la gente podía disfrutar de los intermedios, no había
Google, ni Yahoo y teníamos como presidente a Carlos Salinas de Gortari. La
gente disfrutaba de un domingo familiar en cualquier parte de la ciudad y en la
radio sonaban cantantes de moda como Muñecos de Papel, The Sacados, Alejandro
Sanz, Maná, Chayanne, Caifanes, Maldita Vecindad, etc.
Minatitlán es y será una ciudad con pocos
rincones para visitar, pero uno de ellos es el parque de pelota 18 de marzo de
1938, remodelado para recibir el primer juego oficial de la LMB en marzo de 1992.
No sé si era el juego inaugural, pero ese
año, por primera vez tuve contacto con el béisbol profesional, en compañía de
mis familiares, seguramente porque los Petroleros eran la novedad en la ciudad,
llegué al estadio ubicado en la
Colonia de los Maestros, sin saber que más tarde ese día
tendría su propia historia y una relación con mi profesión actual, quizás por
eso hoy haya un cariño especial por el equipo jarocho.
De repente un tablazo a las gradas pegó en una de las butacas cercanas a donde estaba sentado, corrí a buscar el “regalito”, pero la esférica cayó de nuevo en el diamante.
De repente un tablazo a las gradas pegó en una de las butacas cercanas a donde estaba sentado, corrí a buscar el “regalito”, pero la esférica cayó de nuevo en el diamante.
No se quien era y quizás me arrepiento de
no haber prestado atención en el número de la franela, el asunto es que ese
pelotero tomó la pelota y con total amabilidad, me la entregó en la mano. Han
pasado 21 años y hoy conservo esa pelota, con las marcas y el olor a tierra del
parque 18 de marzo. Mi madre aún cree que está autografiada por aquél sujeto,
pero la realidad es que nunca hubo tal firma, pero no se lo digan a mi madre,
ella aún cree que tiene rúbrica.
Hoy el béisbol está en mi vida, como
cualquier deporte y a un costado de esa esférica, permanece un recuerdo más, la
autografiada por los campeones de la
LMB en el 2011; los Tigres de Quintana Roo.
Es así como el béisbol entró por primera
vez a mi vida y años después el mismo destino, se encargó de recordármelo,
justo en el arranque de la temporada 2013 de la LMB.
Dudas, comentarios y anécdotas al correo amazariego85@gmail.com o sígueme en
twitter @Amazariego85.
Qué blog más de hueva... lo bueno es que nadie lo visita.
ResponderEliminarMejor ponte a lavar trastes, es más efectivo que las mamadas que escribes. Con todo respeto, ciérralo a date un tiro. compa...