martes, 19 de junio de 2012

El día que me vaya

El día que me vaya quiero que me despidan con la música de los Beatles, con mi mejor gala para llegar formal al otro lado. Con unos converse por si tengo que caminar y no perder el estilo.
Que me despidan todos sonrientes, por que la tristeza me aferra a quedarme.
En lugar de funeral un concierto, con bandas tocando mis baladas favoritas. Desde un rock and roll cincuentero, hasta un pop de la década.
Que me toquen la bamba para no olvidar mis raíces.
Que me recuerden como el hombre de las voces, el que no perdió su niñez, el que vivió preocupado por todo y nada.
El que se aferró a lo imposible y soñó con ser alguien.
El que no se dio por vencido, el que jugó hasta que pudo.
El gruñón, indeciso, el de los misterios, él que se tragó la rabia y bloqueo sentimientos. Como el que hizo lo posible por concretar sus sueños.
Que recuerden cada uno de mis gestos, desde mi sonrisa hasta mi tristeza.
Que recojan mi llanto, porque será el último y significa que no quiero irme.
Que guarden mis cosas y con el tiempo alguien las revise para sentirme vivo; al menos en el recuerdo.
Que alguien diga un discurso y todos aplaudan.
Quiero que me despidan con un hasta pronto y una maleta para simular que me voy de viaje, y que pienses que algún día nos reencontraremos.
Que me despidan bien, porque cuando tus ojos ya no me vean, entenderás lo que Facundo Cabral quiso decir con "cambiaré mi torpe cuerpo por las alas con las que entraré en la mañana del despertar eterno"
El día que me vaya, realmente no habré querido irme, me iré llorando pero no lo sabrás, porque será difícil no ver tu rostro una vez más.

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